domingo, 7 de noviembre de 2010

Relaciones Sociales en la edad adulta media


La teoría de las caravanas sociales nos dice que la gente atraviesa la vida rodeada por caravanas sociales: amigos cercanos, familiares y personas de las que puede recibir ayuda , bienestar y apoyo social. Aunque por lo regular las caravanas muestran estabilidad a largo plazo, su composición puede cambiar; según las necesidades de la persona.
La teoría de la selectividad socioemocional propuesta por Cartensen nos indica que la gente selecciona los contactos sociales con base en la cambiante importancia relativa de la interacción social como fuente de información y como ayuda para desarrollar y mantener el autoconcepto y como fuente de bienestar emocional.
Las personas de edad media en base a todo esto, van a buscar reafirmar sus relaciones emocionales, es decir van a buscar a aquellas personas que los hacen sentir bien; para la mayoría de los adultos medios las relaciones son la llave más importante del bienestar y pueden ser una fuente importante de salud y satisfacción.
Sin embargo, las relaciones también pueden generar exigencias estresantes que suelen ser más pesadas para las mujeres; el sentido de responsabilidad e interés por los otros puede dañar el bienestar de una mujer  cuando los problemas e infortunios acosan a aquellas personas cercanas y de gran afecto emocional para ellas.
Durante esta etapa se empezarán a redefinir algunas de las relaciones emocionales siguientes:
Padres: envejecimiento de ellos. Se produce un cambio de rol (los hijos toman el rol que antes correspondía a los padres). Significa aceptar que son débiles, vulnerables y que se pueden morir en cualquier minuto. Aumenta el sentimiento de vulnerabilidad personal.
La inversión de roles implica desarrollar una herida narcisística por la identificación con los padres que ya no están bien. Se genera una ofensa al yo al identificarme con alguien que está declinando.
 Hijos: relación más horizontal y simétrica. El padre debe promover la autonomía y la independencia de los hijos. Funciones fundamentales: orientar y guiar, respetando la autonomía.
Crisis edad media: enfrentar la posibilidad de ser superado por los hijos. Asusta por la “pérdida del rol”. También se sufre al saber que ya no son fuente de identificación de los hijos; ellos reconocen defectos y critican abiertamente. Lo más sano sería ser capaz de aceptar y sentirse gratificados por el proceso de autonomización de los hijos. Además, deben tolerar ser objeto de evaluación.
Pareja: se requiere un reordenamiento de la vida matrimonial, por el fenómeno del nido vacío. Ahora se pueden abordar temáticas que antes no se podía por dedicación a los hijos. Surgen conflictos que estaban latentes a lo largo de la vida de la pareja que no se habían resuelto por alguna razón. Pasar más tiempo junto produce dificultades en la relación diaria, se requiere un sistema diferente que permita un acomodo real.
La pareja constituye una fuente de aceptación de los cambios corporales.
Divorcio

En la actualidad, el matrimonio en la edad adulta es muy diferente de lo que era antes y muchos terminan en divorcio, el cual ocurre como culminación de un largo proceso de distanciamiento emocional. Muchos matrimonios observan que ya no es necesario permanecer unidos por amor a los hijos. En parte, el divorcio se debe a expectativas poco realistas acerca del matrimonio.

El divorcio es más común hoy en día debido a los cambios socio culturales. Ahora las mujeres son menos dependientes financieramente de sus maridos y, de este modo, es menos probable que permanezcan en malos matrimonios. Hay menos obstáculos legales, menos oposición religiosa y menos desdeño social asociado a él.
Para un adulto medio la ruptura de su matrimonio puede ser traumática, porque se supone que estaban en la mejor etapa de su vida; el divorcio a mitad de la ida parece ser más difícil en las mujeres quienes a cualquier edad sufren más efectos negativos del divorcio que los hombres .
La gente que se divorcia durante la adultez media se debía por abusos verbales, físicos y emocionales por parte de su pareja, también encontramos diferencias entre los valores  o estilos de vida, infidelidad, abuso de alcohol, drogas o desamor. La mayoría de las personas de esta edad se pueden recuperar después de esta ruptura , aunque en algunos casos las mujeres sufren depresión y mucho estrés.
Nido Vacío

Esta situación generalmente es vivida por los padres con angustia. Se dan cuenta de que ya no son tan necesarios como antes y esto genera sentimientos de inutilidad, de falta de sentido. Sobre todo en la madre, ya que por lo general su proyecto de vida giraba en torno a sus hijos, sus necesidades, sus problemas.
Con frecuencia, los años siguientes a la partida de los hijos se cuentan entre los más felices. Sin embrago, el “vaciamiento del nido” puede ser estresante para los padres que no se han involucrado en la crianza de los hijos, las madres que no se han preparado para el acontecimiento y para los padres cuyos hijos no son independientes cuando lo esperaban.
Los sentimientos de tristeza y de pérdida son normales, y deben entenderse como un proceso de duelo, por lo que es difícil aventurar cuánto pueden durar sus efectos.

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